lunes, 14 de junio de 2010

El "sponsor oficial" de la Comunicación Interna

Durante nuestra última visita a la ciudad de Buenos Aires, tuvimos oportunidad de dar seminarios en diferentes programas ejecutivos de la prestigiosa Universidad Austral. Entre los temas más atrayentes que aparecieron en clase, surgió un interesante debate sobre la necesidad de contar con la involucración de la alta gerencia en las estrategias de comunicación interna. Según los alumnos -en su mayoría ejecutivos de comunicación de reconocidas organizaciones- hay una recurrente falta de apoyo directivo hacia las funciones de los departamentos de C.I.

Hace más de una década, mientras realizábamos una reunión de asesoramiento en Citibank de Argentina, un gerente de comunicaciones nos dijo que, para él, una buena estrategia de comunicación interna debía comenzar con dos componentes básicos: Presupuesto y apoyo directivo. Con los años, al gestionar en distintas prácticas, reflexionamos una y otra vez sobre aquella sentencia y pudimos corroborarla. A tal punto que incluso la abreviamos: “una buena estrategia de comunicación interna comienza con un solo componente básico: apoyo directivo”. Porque si este se logra, el presupuesto viene por añadidura.

Durante los seminarios en Buenos Aires buscamos un concepto simple y positivo para “semantizar” esta situación, compleja y negativa, que parece ser tendencia en Latinoamérica. El concepto que propusimos fue Aliado, una versión castellana de la primera palabra que apareció, el término anglosajón Sponsor. A partir de allí los mismos ejecutivos comenzaron a recordar sus casos de éxito, advirtiendo que en todos ellos alguna gerencia había sido “sponsor oficial”, es decir, una aliada incondicional de la estrategia de C.I. El debate permitió fijar algunos pasos para lograr este apoyo: había que interesarse de manera honesta en las problemáticas del directivo, y no sólo en la necesidad de aumentar el presupuesto del departamento de comunicaciones. Algunos dijeron que era importante estar cerca de ellos y averiguar sus objetivos, problemáticas y necesidades. Para esto sería necesario solicitarles una entrevista para escucharlos. Más adelante distinguieron que esa escucha debía basarse en una actitud de “dar” o “prestar” en vez de “pedir” o “reclamar”. Todos coincidieron que si lograban generar una reunión con herramientas de escucha empática (preguntas “interesantes” y no “interesadas”), prestando atención a las problemáticas del directivo, después podrían retirarse a buscar soluciones comunicacionales para ayudarlo. “Sus problemas son nuestra oportunidad” sentenciaron, y a partir de allí repasaron sus casos de éxito, encontrando siempre una reunión previa con otra gerencia, un Sponsor o Aliado, en la que ellos habían mostrado verdadero interés de dar o prestar un servicio de excelencia en comunicación. Cuando ya terminaba el debate, sumaron otra distinción: un Aliado apoya las estrategias de C.I. desde su nivel jerárquico para “abajo”, ya que ese es su ámbito de influencia. Entonces acordaron que siempre será mejor lograr apoyo en los niveles más altos de la organización, ya que desde allí podrán hacerse las estrategias de mayor alcance. Al finalizar, todos quedaron preguntándose lo mismo: ¿Quién puede ser mi próximo Aliado? Una buena pregunta para comenzar una buena estrategia de comunicación interna.

Manuel Tessi