viernes, 14 de noviembre de 2008

Más allá de las carteleras, ¿cuál debe ser el rol del departamento de comunicación interna?

Muchos atribuyen al departamento de comunicación interna el rol meramente instrumental de escritor de comunicados o implementador de carteleras e intranets. Pero, ¿cómo puede agregar valor más allá de estas actividades?


En una entrada anterior presentábamos el desafío que enfrenta la comunicación interna en muchas empresas, desafío que se manifiesta en las encuestas de clima, donde los empleados suelen colocar a los problemas de comunicación en el "top five" de sus reclamos.

Ahora bien, para comenzar a comprender (y resolver) esta situación debemos plantearnos ciertos interrogantes acerca del agente que tiene a su cargo la comunicación, es decir, el área de comunicación interna.

"¿Cómo se agrega valor más allá de cumplir con un rol meramente instrumental de escritor de comunicados o implementador de carteleras e intranets?"

La función principal de un departamento de comunicación interna es gestionar la mayor parte de la comunicación formal dentro de la organización. Y esta tarea la cumple fundamentalmente con mensajes escritos a través de medios que tienen alcance a toda la organización.

Este importante rol no debe ser sólo instrumental, sino cuidadosamente planificado.

La diferencia primordial entre una comunicación interna "meramente instrumental" y otra "cuidadosamente planificada" la establece la función de escuchar. Esta es, precisamente, la forma en que el departamento de comunicación interna puede agregar valor más allá de escribir comunicados e implementar carteleras e intranets.

"La función de escuchar, ¿corresponde a comunicación interna como área? ¿Cómo lo hace? ¿No corre el riesgo de terminar siendo el mensajero al que matan si de verdad escuchan lo que dice la organización?"

Antes de contestar esta pregunta habría que aclarar que la función de escucha efectiva implica mediciones multidimensionales. Al menos en las tres dimensiones básicas de la comunicación interna: Institucional, Interpersonal e Intrapersonal.


La Dimensión Institucional comprende primordialmente la palabra "escrita" de la organización, que se canaliza a través de medios formales, tanto gráficos como digitales (menos comúnmente, audiovisuales). El gestor principal en esta dimensión es el profesional de comunicación o departamento especialista.

La Dimensión Interpersonal, estudia fundamentalmente la palabra "oral" en el ámbito del trabajo. Es la dimensión presencial, que se da principalmente en los equipos, entre colaboradores, supervisores y en la cadena de valor. Los responsables cardinales de esta dimensión son los roles de conducción.

La Dimensión Intrapersonal, pone foco en la palabra "pensada", donde se originan todas las co
dificaciones y decodificaciones. Esta dimensión define la coherencia de los mensajes directivos y la madurez de escucha de los trabajadores (qué escuchan cuando escuchan). Si bien todos los integrantes de la organización son responsables en esta dimensión, el "ejemplo" (el mensaje más respetado en comunicación interna) debe empezar por los líderes.

Por eso la función de escuchar no implica sólo medir la efectividad de la intranet o de las campañas, sino generar mediciones integrales que brinden más respuestas: la comunicación de equipos, de mandos intermedios, entre áreas, entre clientes y proveedores internos, etc.


Es absolutamente recomendable que el departamento de comunicación interna mida la comunicación inter e intrapersonal de la organización. Aún cuando no sea el responsable de gestión en estas dimensiones ¿Por qué? Porque ante los crecientes emergentes de clima, también crece la tendencia a responsabilizarlo de "todos" los problemas de comunicación de la empresa.


En el reino de la palabra oral (y pensada), deben gobernar los líderes y mandos intermedios. Poco pueden hacer los departamentos de comunicación interna en esta dimensión. Aunque dentro de ese "poco" pueden "escuchar". Una medición integral genera información muy rica con la que la organización puede beneficiarse enormemente.

Pero, por supuesto, hablamos de organizaciones maduras. De aquellas que usan indicadores profesionales para mejorar sus resultados, y no de las que "matan a su mensajero" cuando trae malas noticias.

Si en las encuestas de empleados surge que la comunicación interna es un problema crítico, una medición posterior, en tres dimensiones, puede ser el "chaleco antibalas" del mensajero al que le quieren disparar.

"House organ, intranet, carteleras, ¿a eso llamamos comunicación interna? ¿Hay más por hacer? En todo caso, ¿qué se puede hacer?"

La última parte de esta pregunta ya ha sido contestada: Sí, hay más por hacer; y eso son mediciones en tres dimensiones. Y, para responder la primera parte, podemos usar un juego de palabras, que servirá como síntesis:

Un house organ es comunicación interna.
Pero la comunicación interna no es un house organ.
El orden de los factores altera el producto.

Un house organ o revista interna puede cubrir algunas necesidades, pero no todas. Lamentablemente, aún son muchos (demasiados) los casos de mercado en los que, para paliar los emergentes de clima, se acude exclusivamente a los medios del departamento de comunicación interna.

Aún existe una sistemática recurrencia a medios y mensajes del viejo paradigma que hemos expuesto en una entrada anterior. Verbigracia: un plan anual con campañas, un house organ digital, una intranet 2.0 y un circuito renovado de carteleras.


Por más eficiente que sea esta gestión, en el mejor de los casos sólo podrá "emparchar" las necesidades de otras dimensiones. Y a veces ni siquiera eso.

Cuando la comunicación interna no se gestiona de manera integral, puede llegarse al caso de que los medios y mensajes del departamento de comunicación generen contradicciones. Aun bien diseñados, pueden fracasar por no estar acompañados de la cascada de mandos medios y del ejemplo de directivos.


Pero, ¿cómo implementar una estrategia integral y efectiva que tenga en cuenta, no sólo la comunicación institucional, sino también la comunicación dentro de cada área, de cada sector, de cada equipo?

Próximamente publicaremos un nuevo artículo que responda este interrogante.


Por Manuel Tessi


Este artículo es una versión abreviada de la presentación del autor en el seminario "La comunicación interna: oportunidades, desafíos y paradojas", organizado por la Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (ADRHA)

jueves, 6 de noviembre de 2008

Comunicación interna, ¿lo mismo de siempre bajo una nueva fachada?

Las nuevas herramientas tecnológicas parecen haber renovado completamente el panorama de la comunicación interna en las organizaciones. Sin embargo, en este contexto, bien vale recordar los versos de Antonio Machado: "Uno de los remedios más eficaces para que las cosas no cambien nunca por dentro es renovarlas constantemente por fuera".

En los últimos años, las áreas de comunicación interna de muchas organizaciones se han desarrollado en torno a las nuevas herramientas tecnológicas como los newsletters electrónicos, los blogs y los wikis. Esta renovación mediática llegó con la promesa de revolucionar la esencia y prácticas de comunicación interna.

Sin embargo, en el nuevo milenio la mayoría de las encuestas de clima posicionan a la comunicación interna en el "top five" de las causas de insatisfacción laboral. Algo que, por cierto no sucedía hace tan solo15 años, cuando los medios tecnológicos recién comenzaban a asomar.

Entonces, ¿cómo explicar esta paradoja? ¿Cómo se comprende que las organizaciones dediquen cada día mayores recursos a la comunicación interna y que, al mismo tiempo, los empleados la consideren deficiente o insuficiente?

Lo cierto es que, más allá de las intranets, blogs y wikis, siguen vigentes los mismos antiguos cimientos.

En lo profundo, se sigue apelando a un paradigma que lleva casi cien años: basar las estrategias de comunicación interna sólo en la generación de mejores medios escritos que permitan distribuir mayor cantidad de información.


Pero, ¿por qué las empresas insisten en gestionar las comunicaciones internas con paradigmas eminentemente mediáticos?

Además de la inercia, de tantos años de prácticas con medios gráficos, la comunicación interna escrita presenta ventajas muy tentadoras. Al presentarse los nuevos problemas de comunicación en las empresas, se apela a nuevas tecnologías pero se sigue pensando con un paradigma viejo: llegar a todos los destinatarios, rápidamente, con un mismo mensaje, al mismo tiempo y a discreción.

Este modelo de comunicación presenta cinco ventajas diferenciales muy tentadoras: masividad, velocidad, univocidad, simultaneidad y cantidad.

Estos cinco "dad" nos aconsejan insistir con sofisticados medios y muchos (muchísimos) mensajes, llenos de información y de mono-logo, como señalara Saturnino Herrero Mitjans en su artículo para ADRHA: "Comunicación Interna; ¿más preguntas que respuestas?"

Así, en la mayoría de las organizaciones, generan la ilusión de que se está haciendo una comunicación efectiva.

Si bien estas características son ventajas en ciertos casos, dependen de la situación, la necesidad o el objetivo de la organización. Si el contexto no es tenido en cuenta, pueden llegar a convertirse en verdaderas desventajas comunicativas, causantes de problemas y malentendidos que después no pueden solucionarse con la misma velocidad y masividad con las que se generaron.

Ahora bien, ¿cuál debería ser el nuevo paradigma? ¿Cómo deberíamos empezar a pensar en una revolución que modifique ya no la fachada sino la esencia misma de la función?

En primer lugar, es necesario comprender que una comunicación interna profunda, integral, de verdad y sin "parches", es la que busca escuchar y entender a los integrantes de la organización, antes que persuadirlos de nada.

Así, en próximos artículos trataremos de aportar una forma de gestionar la comunicación interna de manera integral, efectiva y sustentable, una forma que permita superar los problemas que actualmente se manifiestan en las encuestas de clima bajo un reclamo común entre los empleados:

"Señor empleador, no nos estamos entendiendo. A pesar de los esfuerzos de la empresa, no me siento escuchado. Creo que tenemos un serio problema de comunicación interna".


Por Manuel Tessi

Este artículo es una versión abreviada de la presentación del autor en el seminario "La comunicación interna: oportunidades, desafíos y paradojas", organizado por la
Asociación de Recursos Humanos de la Argentina (ADRHA)